Tuesday, August 22, 2006

My dictionary

Escritor: Por qué? Quizá la respuesta más corta y correcta de esa pregunta es no sé. No sé por qué escribo. Quizá por eso me siento frente a la computadora cada mañana.
Quizá escribo porque no puedo hacer muchas otras cosas. Soy pésimo para los deportes. Yo era el niño que nadie quería en su equipo. Tengo un primo que es un atleta natural, su papá era un coach de un equipo de béisbol para jóvenes, equipo donde su hijo era uno de los estrellas. Una vez —la única vez— me metieron al equipo. Claro, no aporté nada, no ayudé ni un mínimo y si mal no recuerdo, perdimos. El fútbol americano, mal. Quizá podía jugar el fútbol más o menos, pero lo dejé cuando pateé a un bato en la cara. Eso sí fue terrible, porque el tipo estaba en un gang. Pasé un mes escondiéndome de sus compas en la pandilla. El basket…menos. Demasiado chaparrito.
Y con lentes? Los deportes no eran para mí. Hay pocos deportes para un miope.
Siempre era malo para el trabajo en los campos, los files como los llamábamos en mi comunidad. Ir a la pisca me parecía fatal, horas debajo del sol en los huertos de olivo o de naranja…no thanks.
No me puedo concentrar por mucho tiempo en una cosa. Demasiado televisión.
No bailo bien. En la secundaria iba a los bailes de mi escuela y me decían que bailaba bien. Pero era la década de los 80, todos bailábamos al new wave, espasmódicamente a las rolas de los Talking Heads. Same as it ever was. Same as it ever was.
Dinero? Soy malo para los ahorros. Siempre estoy comprando libros y discos.
Conversación? Soy medio torpe en eso también. Las palabras siempre se me quedan trabadas antes de salir por la boca.
No me gusta hablar por teléfono. Me aterra tener que llamar a alguien. Pensé que cuando mis hermanos y yo le regalamos una cuenta de e-mail a mi mamá que ya tenía todo hecho. Pero la computadora de ella ya no quiere conectarse al internet.
Tengo miedo a los perros. Estoy alérgico a los gatos.
No me gusta volar. Me encantan los viajes. Viajar por tren es una de mis cosas favoritas. Caminar por una ciudad, perderme en sus calles, también. Volar, nada. Pero, por desgracia, lo tengo que hacer. Lo bueno del mundo es que existe la Dramamina.
Quizá escribo porque en realidad no puedo hacer muchas otras cosas. No es que se me hace fácil escribir. Al contrario, escribir es difícil para mí.
William Gass dice: “I write because I hate. A lot. Hard.”
En fin, no sé por qué escribo, y la verdad es que no lo quiero saber. Porque quizá al saberlo dejaré de hacerlo. Ya no habría misterio y simplemente sería otro trabajo.

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